Abro la bolsa una vez más, quiero comprobar que nada falta aunque sea
la tercera vez que lo hago, mi compañero hace lo mismo con su maleta donde
guarda el rendimiento de jugadores y equipos de todo el mundo. Salimos de la
habitación, avanzamos por el pasillo que nos conduce al rellano donde el
ascensor nos lleva al hall del hotel, allí unos sentados intentan disimular
mientras otros ya no pueden estar quietos y caminan. El pulso empieza a estar
un poco más alto de lo normal, la competición esta cerca y el estado de tensión
se empieza sentir incluso en nuestras miradas. Llega el último jugador y
subimos al autobús, en el camino algún autógrafo y alguna foto que los
jugadores intentan evitar para no perder en lo posible la concentración, cuatro
policías en moto nos escoltan algo que no hace más que incrementar el estado que
ya tenemos ante un enfrentamiento de este tipo. Tras unos diez minutos de
trayecto entramos en el complejo deportivo, más policía y empezamos a divisar al
público subiendo por las escaleras que conducen al palacio. Primeros gritos,
algunos de apoyo y la mayoría avisándonos de lo que nos espera, una puerta, una
escalera, un pasillo frío y a media luz en
el que se empieza a escuchar un ruido de fondo, “deben estar probando la
megafonía” comenta un joven jugador. Según nos acercamos a una zona abierta al
interior del palacio podemos descubrir que cerca de siete mil personas ya están
gritando y bailando para su selección, no podemos hacer otra cosa que tragar saliva
y continuar el camino que nos conduce al vestuario. A falta de noventa minutos
para el comienzo ya sentimos algo
diferente, cada uno a su manera intenta aislarse, diferentes rituales marcan la
personalidad, uno con el que en el club compartí grandes triunfos besa las
fotos de su familia, otro alejado de los demás reza, en el aseo otro termina de
expulsar el vómito que le permite estar a punto para el partido, ¿nervios? puede
ser pero después siempre jugó sensacional. Todos diferentes pero unidos en un círculo
para juntar sus manos y gritar como símbolo de compromiso ante una batalla que
va a comenzar. Últimos consejos, instrucciones o consignas, no hace falta una
gran dosis de motivación, una gran competición contra el campeón olímpico y en
su casa, no se puede pedir más. De nuevo un pasillo frío que contrasta con el
ambiente que encontraremos en la pista, me adelanto quiero salir delante para
sentir la reacción de la gente, solo nos faltan las escaleras que ya están
iluminadas por los focos que dejan en la penumbra a las más de veinticinco mil
voces que nos presionaran hasta la
extenuación, la derrota que sufrieron en nuestro país es una herida aún abierta
que quieren cicatrizar lo antes posible. Intentaremos que no ocurra, asomamos y
sin acabar de llegar al último escalón los silbidos parecen llegar hasta el
interior de cada uno de nuestros cuerpos, ¡qué sensación! la carne de gallina,
la cabeza intentando ordenarse para buscar la normalidad necesaria para
afrontar el partido. El amarillo cubre parte de la grada, el verde y blanco
cubre la otra, como alumnos disciplinados visten las camisetas del sponsor
dando uniformidad a todo un palacio que cobra vida con los continuos cánticos
acompañados de coreografías que parecen haber sido ensayadas a diario. Todo
pasa más rápido de lo habitual, cuando queremos tomar aire estamos alineados
escuchando los correspondientes himnos, un respetuoso silencio no hace más que
elevar los niveles de adrenalina. La mano y un recuerdo, ya esta no hay que
esperar más, desde mi posición puedo observar todo el espectáculo acompañado de
un guardia de seguridad, debo ser el punto dentro de toda esta marea amarilla,
él sonríe esta tranquilo y eso hace que yo también. Dos jóvenes se giran y me
hacen el gesto típico con el pulgar hacia abajo, el guardia les llama la
atención pero las muecas no paran, en dos metros cuadrados estoy rodeado por
veinticinco mil y con un guardia, tendré confianza. La cámara, el walkie, la
primera comunicación para comprobar que nos escuchamos aunque parezca
increíble, la carpeta, bolígrafo, etc… todo listo arriba y en la pista también.
Confirmación con los capitanes por parte de arbitro, el balón llega al jugador
que debe realizar el primer saque, la televisión da el ok y el arbitro de la
orden, a partir de ahora todo ocurrirá MIENTRAS EL BALÓN VUELA…
Mientras el balón vuela...
Fernando Muñoz Benítez nos acerca al mundo del voleibol a través de sus experiencias. Pensamientos que hacen referencia a la táctica, técnica, preparación física y mental dentro de un deporte donde,como en la vida,la gestión humana de uno mismo y de los demás es fundamental para la obtención de resultados.
viernes, 8 de marzo de 2013
martes, 8 de enero de 2013
En el 2.013: que se juegue a VOLEIBOL.
Como se nos ha pasado el 2.012...por como lo he vivido se ha pasado volando y lleno de acontecimientos. En este inicio de un nuevo año hay que afrontar la situación sobre todo activándose, nada nos debe arrastrar hacia la pasividad que no tiene ninguna productividad y que nadie lo dude: la negatividad se contagia. Lo que tenemos en común es el voleibol, nuestro deporte, y necesita que todos apostemos por darle toda nuestra capacidad, nuestras ideas para generar movimiento. Debemos darnos toda la importancia que tenemos para poder generar voleibol, precisamente los mayores protagonistas en este momento son aquellos que están o estarán más cerca de la captación, iniciación y formación. Desde mi posición siempre he valorado y engrandecido a todos aquellos que trabajan donde empieza todo, donde se convence y engancha a las niñas/os que jugaran a voleibol durante toda su vida.
Nos interesa que se juegue a voleibol, sin buscar competencia con otros deportes que en muchas ocasiones nos desgasta y en otras son situaciones perdidas. Que se juegue a voleibol, no importa que se compagine con entrenamientos de otros deportes o actividades diferentes. Que se juegue a voleibol, sin trabas y ofreciendo el ambiente sano que podemos dar con nuestro deporte. Que se juegue a voleibol con independencia de la edad o sexo de los que compartan ese momento buscado para disfrutar. Que se juegue a voleibol en cada colegio, en cada pabellón, en cada ciudad...cada lugar, cada realidad tendrá su formula para poder llevarlo acabo. Ideas y movimiento, que se juegue a VOLEIBOL en 2.013.
martes, 25 de septiembre de 2012
Tiempo de reflexión
Nada de voleibol para volver a escribir; han sido meses, semanas y días con una carga de sentimientos que me hacen compartir otras cosas. Ha nivel profesional y personal he vivido muchos momentos, solo unos días para parar y reflexionar...
Por esta razón y hasta que de nuevo entremos de lleno en los análisis concernientes a nuestro deporte os dejo una historia que espero os haga pensar. Hago todo lo posible para que me inspire cada día:
"Un día en el colegio el profesor preguntó: qué queréis ser de mayor? después de un instante le contesté que DE MAYOR QUIERO SER FELIZ...el profesor sonrió y me dijo: creo que no ha entendido la pregunta...a lo que contesté que LO QUE NO ENTIENDE USTED ES LA VIDA"
John Lennon
John Lennon
viernes, 13 de abril de 2012
El toque de antebrazos.
Nos adentramos en el toque de antebrazos, tras la experiencia anterior con el toque de dedos en la que hubo una gran participación no queda otro camino que preguntaros por vuestra opinión para enriquecernos con la discusión. Por esta razón os mando preguntas para que empecemos a debatir e intercambiar nuestras ideas.
Cuáles son los puntos más importantes en el toque de antebrazos?
Prioridad sobre el golpeo con los antebrazos, la posición de brazos y hombros o el movimiento de piernas?
Qué diferencias hay entre el golpeo de un balón cómodo, una recepción de saque flotante o una resección de un saque en salto?
Hay diferencias con el golpeo en defensa?
...
Mejor empezamos por intentar responder a estas y después vamos con alguna más.
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